30 January 2020

Porter – Arcade (2019)



Porter parece usar el silencio como la base encima de la cual se añaden sus instrumentos. O sea, es como si oyeras la ausencia en sus canciones, y lo que te llega como oyente parece venir de lejos, o incluso de otra dimensión. A sus canciones les da un elemento extraterrestre y incluso excéntrico, como si hubieran elegido montar su concierto en la sala al lado, y hayan obligado a la audiencia a presenciarlo a través de la pared. Por así decirlo, es la coexistencia simultanea de presencia y ausencia, la una implícita en la otra. 

Me recuerda un poco de Spoon, quienes también usan el silencio como una tabula rasa sobre la cual imponer sus sonidos. Pero a diferencia de Spoon, quienes contrastan este silencio con la voz carismática de Britt Daniel, Porter amplifica este sentido de abstracción extraterrestre, de estar contigo pero a la vez fijado en lo otro, tanto con sus elecciones sonoras como el cantante.

El cantante de Porter, David Velasco, tiene una voz monótona y llana, casi robótica, que logra transmitir su compromiso con lo que canta a la vez de cierto desapego de ello. Si un día David Duchovny de ‘Expediente X’ eligiera cantar en español, no sonaría tan distinto, quizás. El otro contraste vocal obvio, al menos para mí, es con Karin Dreijer de The Knife, quien claramente usa la manipulación artificial para apelar a lo extraño. Sin embargo, lo gracioso es que Velasco logra un efecto parecido sin el uso de tecnología.

Mientras tanto, los sintetizadores también refuerzan el sentido del robótico de Porter, apelando a la ciencia ficción de los años 80. En el estribillo especialmente, suenan casi como láseres, disparando en medio de una batalla galáctica.

Por cierto, debería contrastar tanto Porter como Spoon, bandas que parecen utilizar el silencio y hacerte fijar en ello como punto de contraste entre el sonido y su ausencia, con bandas quienes no lo hace, por ejemplo Los Piratas. En la gran mayoría de las canciones de Los Piratas, la presencia lo es todo, como lo es para casi todos los grupos. Realmente, hay pocos quienes usan el silencio como parte del lienzo sonoro.

Además, me doy cuenta de que este uso del silencio es bastante oriental, incluso zen. Me recuerda de un libro de filosofía japonesa que leí el ano pasado, ‘La Plenitud del Vacío’ de Yasunari Kitaura, que incluía ejemplos de pinturas de monjes japoneses, donde el espacio vacío ocupa la mayoría del lienzo. Se podría decir que hay un paralelo musical con Porter, aunque claro, los objetivos de Porter y los de los monjes se diferenciarán mucho. Al final, me parece que Porter sigue queriendo entretenerte, y lo hacen muy bien, mientras los monjes no. Para concluir, ¿me pregunto si Porter es consciente del efecto que crean sus canciones, y cuánto de ello es a propósito, o si les viene naturalmente?

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Porter seem to use silence as the base on top of which they add their instruments. To put this another way, it's like you hear the absence in their songs, and what comes to you arrives from far away, or even another dimension. This adds an extraterrestrial or even eccentric element to their songs, as though they'd chosen to set up their concert in the room next door, and obliged the audience to listen through the wall. In a sense, it's the simultaneous coexistence of presence and absence, the one implicit in the other.

This reminds me a little of Spoon, who also use silence as the tabula rasa onto which they impose their sound. But unlike Spoon, who contrast this silence with the charismatic voice of Britt Daniel, Porter amplifies their sense of extraterrestrial abstraction, of being with you but focused on what's other, both in their sonic choices and the singer.

Porter's singer, David Velasco, has a flat, monotonous and even robotic voice, that manages to transmit his commitment with what he's singing alongside a certain detachment from it. If one day David Duchovny from 'The X-Files' chose to sing in Spanish, it wouldn't sound so different, maybe. The other obvious vocal contrast, at least for me, is with The Knife's Karin Dreijer, who clearly uses artificial manipulation to invoke what's strange. However, the funny thing is that Velasco manages a similar effect without the use of technology.

Meanwhile, the synths also reinforce the sense of the robotic in Porter, appealing to 1980s sci-fi. In the chorus especially, they sound almost like lasers, firing in the midst of a galactic battle.

By the way, I should contrast both Porter and Spoon, bands that use silence as a point of contrast between sound and its absence, with bands that don't do this, for example Los Piratas. In the great majority of Los Piratas' songs, presence is everything, like it is for the almost all bands. Really, there are few who use silence as part of the sonic canvass.

Also, I realise that this use of silence is pretty oriental, even zen. I'm reminded of a book of Japanese philosophy I read last year, 'The Fullness of The Void' by Yasunari Kitaura, which included examples of paintings by Japanese monks, where empty space occupies the majority of the canvass. You might say that there's a musical parallel with Porter, although clearly, the objectives of Porter and the monks would be quite different. In the end, it seems to me that Porter still wishes to entertain you, and they do it very well, while the monks don't. To conclude, I wonder if Porter is conscious of the effect their song creates, and how much of it is intentional, or comes to them naturally?

16 December 2019

El Universo Cultural Madrileño (Madrid's Cultural Universe)


Disfruto bastante de la oferta cultural de Madrid; vamos, que devoro el rango de exposiciones cada temporada, sean de qué sean, estén donde estén, y a menudo me encuentro sin cosas que ver al final de unas semanas. Sin embargo, lo que pasa es que después de casi ocho años aquí, voy viendo que, lo que para un observador casual puede parecer un universo de temas de exposiciones si no ilimitado pues al menos bastante enorme, parece tener una estructura implícita o limite.

Por ejemplo, este finde vi una exposición de danza en La Fundación Juan March (con diferencia la mejor institución cultural de Madrid, y quizá de toda España, diría yo), donde terminaban con 'La Siesta de Un Fauno', que se estrenó en 1912 por los Ballets Rusos. "Nada de extraño", se podría decir, pero es que los Ballets Rusos salen bastante en la escena cultural institucional madrileña, a pesar de ser, pues, rusos. Y es que salen, porque tienen una conexión española, cuando hay literalmente un sinfín de cosas que no salen, por no tenerlo.

Para explicar, hace unos años, El Pabellón de Estudiantes (a propósito, un espacio mal publicitado y mal aprovechado, a mi ver, dado lo bueno que podría ser) montó una exposición que se llamaba 'La Danza en La Edad de Plata' que incluía, entre muchas otras cosas, dibujos que Picasso hizo para los Ballets Rusos. Y además, hace pocos meses, La Caixa montó una exposición sobre Olga Picasso, la mujer rusa de Pablo Picasso, los quienes se conocían trabajando, sí, lo adivinaste, para los Ballets Rusos. Y así, ser puede ver que, a través de tres exposiciones en tres instituciones culturales madrileñas sobre un periodo de meses y años, hay un hilo que une su oferta.

Vale, sé que es un ejemplo pequeño, y podria dar otros, pero lo que quiero subrayar es que, Madrid es grande, muy, muy grande, pero parece que, con haber pasado sucifiente tiempo aquí y prestado atención, vas viendo que hay, si no repeticiones en su oferta cultural, entonces sí temas entrelazados que lo forman y definen.

Por ejemplo, recuerdo el año pasado, viendo la exposición de Dorothea Tanning en el Reina Sofia, lo raro que era ver una exposición sobre una pintura estadounidense en Madrid, y que probablemente no habría pasado si no fuera por la afinidad de Tanning con los surrealistas. Y además recuerdo pensando este mes, viendo la exposición de Jörg Immendorff también en el Reina Sofía, lo extraño que fue ver una muestra de un pintor alemán. Es como si, como poco a poco voy viendo los "límites" o "temas entrelazados implícitos" de lo que ponen en Madrid, me llamara la atención cuando algo no parece encajar, o si encaja de una forma novedosa, como con Tanning. Me recuerda un poco a cuando tienes un videojuego nuevo y vas probando todo lo que puedas, hasta que veas los limitaciones del sistema programado.

No quiero decir por un segundo que a los directores de las instituciones culturales madrileñas les falte imaginación, o que estén excluyendo cosas que no tengan que ver con España por fines propagandistas. Supongo que será que quieren publicitar lo español y lo que tenga una conexión con España porque, vamos, estamos aquí, y hay que sacar pecho. No tiene mucho sentido que una institución cultural española se dedique mucho tiempo a exponer cosas estadounidenses o alemanes, pues, por eso están los museos y las galerías de arte de esos países.

Y sin embargo, vas viendo que, con lo muy muy grande que es Madrid, y lo muy muy grande que es el mundo de arte, pintura, arquitectura, baile etc. aquí solo se está ofreciendo un trozo de ello. Incluso, quizá los directores de estas grandes instituciones madrileñas se unan de vez en cuando para organizar lo que van a exponer, y haya un especie de "groupthink" o tradiciones sobre lo que es válido exponer. No sé, estoy especulando. Ni siquiera quiero criticar, que como digo, disfruto muchísimo de lo que se ofrece en Madrid. Solo es que, después de haber pasado tanto tiempo aquí, sí que estoy percibiendo "limitaciones" o "temas entrelazados" entre lo que se expone en Madrid, y me pregunto cuáles serían las lógicas detrás de estas decisiones, conscientes y intencionales o no.

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I pretty well enjoy Madrid's cultural offer; well, really, I devour the range of exhibitions each season, whatever they're about, wherever they are, and often I find myself without things to see at the end of a few weeks. However, the thing is that after almost eight years here, I'm starting to see that, what for a casual observer might seem like a universe of exhibitions, if not unlimited then at last pretty enormous, seems to have an implicit structure or limit.

For example, this weekend I saw a dance exhibition at La Fundación Juan March (by a long way, the best cultural institution in Madrid, and maybe all of Spain, I'd say) where they finished with 'Prelude to the Afternoon of a Faun', which premiered in 1912 by the Ballets Russes. "Nothing strange about that," you might say, except that the Ballets Russes appear a fair amount in Madrid's institutional cultural scene, in spite of the fact that they're well, Russian. And the thing is that they appear, because they have a Spanish connection, with there's literally an endless amount of things that don't appear, because they don't have that.

To explain, a few years ago, The Student Pavillion (by the way, a very poorly advertised and poorly utilised space, in my view, given how good it might be) put on an exhibition called "Dance in The Age of Silver", which included, amongst many other things, drawings by Picasso for the Ballets Ruses. And what's more, a few months ago, La Caixa put on an exhibition about Olga Picasso, Picasso's Russian wife, the two of whom met working, yes, you guessed it, for the Ballets Ruses. And thus, you can see how, across three exhibitions in three Madrid cultural institutions over a period of months and years, there's a thread uniting their offer.

Okay, I know that it's a small example, and I could give others, but what I want to highlight is that, Madrid is big, really, really big, but it seems that, after having spent enough time here and paid attention, you can see that there are, if not repetitions to the cultural offer, then related subjects that form and define it.

For example, I remember last year, seeing the exhibition about Dorothea Tanning in the Reina Sofia, how strange it was to see an exhibition about American painting in Madrid, and how it probably wouldn't have happened if it weren't for Tanning's affinity with the surrealists. And I also remember thinking this month, seeing the exhibition about Jörg Immendorff also in the Reina Sofia, how strange it was to see a show about a German painter. It's as if, how little-by-little I'm seeing the "limits" or "implicit related themes" of what they put on in Madrid, my attention is called to what doesn't seem to fit, or fits in a novel way, like with Tanning. I'm reminded a little of when you've got a new videogame, and you try everything you can, until you find the limitations of the programmed system.

I don't mean to say for a second that the directors of Madrid's cultural institutions lack imagination, or that they're excluding things that don't have to do with Spain for propaganda reasons. I suppose that they want to publicise what's Spanish and has a connection with Spain because, well, we're here, and they need to thump their chest a bit. It doesn't make much sense for a Spanish cultural institution to dedicate time to exhibit American or Germans because, after all, that's what the museums and art galleries in those countries are for.

And yet, you can see how, with however big Madrid is, and however big are the worlds of art, painting, architecture and dance etc. here they're only offering a chunk of it. Perhaps it's even the case that the directors of these great Madrid cultural institutions get together every now and then to organise what they'll put on, and there's a kind of "groupthink" or traditions about what's valid to exhibit. I don't know, I'm speculating. I don't even mean to criticise, as like I say, I enjoy a lot what they offer in Madrid. It's just that, after having spent so much time here, I'm starting to perceive "limits" or "related themes" in what's exhibited in Madrid, and I wonder what's the logic behind these decisions, conscious and intentional or otherwise.

15 August 2015

Keiichi Kobayashi - Sobre El Cielo Rosa (2011)


Como espectadores occidentales, creo que estamos acostumbrados a ver películas japonesas más o menos fantásticas; películas de yakuzi, como las de Takeshi Kitano, o de samurái, como las de Akira Kurosawa. Y, dado que son películas fantásticas, creo que aceptamos sin pensar en ello demasiado el hecho de que los personajes de estas películas siguen unos valores muy diferentes a los nuestros. Más obviamente, esto se ve cuando un yazuzi se corte el menique para compensar por algún error o, más extremo aún, cuando un samurái se hace seppuku. Sin embargo, lo interesante de “Sobre El Cielo Rosa”, un bildungsroman que tiene lugar en el Japón cuotidiano, es que vemos que los japoneses normales comparten estos mismos valores desconocidos. Vemos en cada gesto que hace y decisión que toma que sigue un código muy distinto al nuestro. Y, como espectadores occidentales, es como de repente no tenemos el velo de la fantasía para explicar estas diferencias. Debemos tomar a los japoneses totalmente en serio, sin realmente entenderlos. Es una experiencia inquietante, como cuando piensas que conoces un juego, y de repente te das cuenta de que todo el mundo sigue unas reglas diferentes.

As Western spectators, I think we're used to seeing more or less fantastical Japanese films; films about yakuzi, like those by Takeshi Kitano, or about samurai, like those by Akira Kurosawa. And, given that these are fantastical films, I think we accept without thinking about it too much the fact that the characters in these films hold values very different to our own. Most obviously, we see this when a yakuzi cuts off his little finger to make up for some mistake he's made, or even more extreme, when a samurai commits seppuku. However, the interesting thing about "About The Pink Sky", a bildungsroman set in quotidian Japan, is that we see that ordinary Japanese hold these same unknown values. We see in every gesture they make and decision they take that they follow a code very different to our own. And, as Western spectators, it's like suddenly we don't have the veil of fantasy to explain these differences. We have to take the Japanese totally seriously, without really understanding them. It's a perturbing experience, like when you think you know a game, and suddenly you realise that everyone else is following different rules.

11 November 2014

Steven Spielberg - Hook (1991)


Cuando era más joven, tenía la impresión de que mi vida seguía una trayectoria lineal; sentía que podía ver cómo mi vida había empezado, y el curso que había tomado, como un trozo de cuerda. Sin embargo, en algún momento de los últimos cinco años, dejé de tener esta sensación de una linea recta. Ahora en cambio, es más como si yo fuera un barco en medio del mar, que no recuerda el puerto donde empezó su viaje. Y dado esto, lo único que puedo hacer es adaptarme lo mejor que sepa a las circumstancias en las que me encuentro.  Y bueno, una de las consecuencias de esto es que ya tengo opiniones que no recuerdo haber formado.

Por ejemplo, "Hook" es una de mis peliculas preferidas. Siento que esto es verdad. No obstante, no tengo ni idea cuando ví "Hook" por la primera vez, ni recuerdo las razones por las que decidí, en algún momento, hace no sé cuántos años, que es una de mis peliculas preferidas. Realmente entonces, no es un opinión, sino el recuerdo de uno, el casco de uno.  Me parece que esto es una de las consequencias de hacerse mayor: vives lo suficiente para olvidar de trozos enteros de tu vida, y luego, cuando recuerdas de ellos, te das cuenta de que sigues con opiniones que formaste hace años, que realmente ya tienen muy poco que ver con quien eres ahora. Effectivamente, tu memoria se ha convertido en un almacén en el que vagas, encontrando de vez en cuando un archivo perdido.

When I was younger, I had the impression that my life followed a linear trajectory; I felt that I could see how my life had started, and the course it had taken, like a piece of string. However, at some point in the last five years, I stopped having this sensation. Instead now, it's as though I were a ship at sea, that's forgotten the port where it began its journey. And given this, the best thing I can do is to adopt myself the best I know how to the circumstances in which I find myself. And well, one of the consequences of this is that I now have opinions that I don't remember having formed.

For example, "Hook" is one of my favourite films. I feel that this is true. However, I have no idea when I saw "Hook" for the first time, nor do I remember the reasons why, at some point, years ago, I decided that this was one of my preferred movies. I find that this is one of the consequences of growing older: you live enough to forget entire chunks of your life, and later, when you remember them, you realise you've still got opinions that you formed years ago, that really have very little to do with who you are now. Effectively, your memory has become a warehouse through which you wander, stumbling now and again on a lost file.

08 November 2014

Perdida - David Fincher (2014)


Cuatro días despúes de haber visto "Perdida", lo que queda conmigo de la pelicula es el extraño sentido de armonia que hay durante ciertas escenas; en particular, los flashbacks a las fases iniciales de la relación entre Nick (Ben Affleck) y Amy (Rosamund Pike). En estas escenas, nos parece que hay una química perfecta entre ellos, y que nada puede salirse mal. Sin embargo, vemos todo esto en el contexto de una relación que se ha acabado de la manera más desastrosa imaginable. Entonces, a pesar de la armonia que supuestamente existe entre Nick y Amy en estos momentos iniciales, sobreponemos un sentido del peligro que hay porvenir; no aceptamos la imagen perfecta que estas escenas nos vende. 

Y, me parece que nuestro rechazo de esta armonia tiene mucho que ver con nuestro sentido innato de la realidad. Rechazamos la presentación de una relación perfecta, de la misma manera que burlamos de un anuncio que nos presenta una imagen de la vida demasiado conveniente ("Usa este producto y tus problemas se te irán" etc); nos parece falso, y incluso peligroso. Sin embargo, estas escenas de "Perdida" se han quedado conmigo. Y por qué entonces? Pues, quizás porque, a pesar del hecho de que rechazamos la imagen de una relación perfectamente armoniosa, nos sigue gustando la idea. La queremos creer, a la vez que la vemos con escepticismo. En breve entonces, estas escenas son como un anuncio que te vende algo muy atractivo, que sabes que no puede existir.

Four days after having seen "Gone Girl", what sticks with me from the film is the strange sense of harmony that fills certain scenes; in particular, the flashbacks to the initial phases of the relationship between Nick (Ben Affleck) and Amy (Rosamund Pike). In these scenes, it seems to us that there's a perfect chemistry between the pair, and that nothing can gone wrong. However, we see all this in the context of a relationship that's ended in the most disastrous way imaginable. Hence, in spite of the harmony that apparently exists between Nick and Amy in these initial moments, we superimpose a sense of the danger that's to come; we don't accept the perfect image that these scenes sell us.

And, it seems to me that our rejection of this harmony has a lot to do with our innate sense of reality. We reject the presentation of a perfect relationship, in the same way that we laugh at an advert that presents us a too-convenient image of life ("Use this product and your problems will vanish" etc); it seems false to us, and even dangerous. However, these scenes of "Gone Girl" have stayed with me. Why then? Maybe because, in spite of the fact that we reject the image of a perfectly harmonious relationship, we still like the idea. We want to believe in it, at the same time that we view it with scepticism. In brief then, these scenes are like an advert that sells you something very well, that you know can't exist.

13 July 2014

Cómo es Madrid?

Voy a abrir este articulo con un aviso: que no visites Madrid. Cielos, por qué no? Pues, porque, si eres como yo, lo que buscas cuando visitas una ciudad extranjera es arquitectura extraordinaria, monumentos asombrosos, tesoros de los cuales nunca has soñado o, si todo eso hace falta, al menos encanto local. Y lo que pasa es que, aunque Madrid tiene su cuota de maravillas, encontrarás más y mejores en otras capitales europeas ( incluso, no lo digas demasiado alto, en Barcelona.) Vamos a ver, Madrid sí tiene el Palacio de Cibeles, el Templo de Debod, la Plaza de Toros de Las Ventas; confesaré que son bonitos todos. Pero la escala de su concepción es, francamente, pequeña. Si has pasado un fin de semana en Berlin, Paris o Londres, te encontrarás relativamente decepcionado con Madrid. (Además, Madrid es más ruidosa, y mucho más contaminada, que estas tres ciudades.)

"Caspita!" debes estar pensando ahora. "Vaya manera de venderme la ciudad en la que llevas casi tres anos, Pete! La próxima vez que necesito recomendaciones para turismo, no vendré a tí, ya te digo!" Y tendrías razón pensarlo, si no fuera por la cláusula que ahora voy a añadir: que no visites a Madrid, pero sí vivas aquí. Porque el momento en que dejas der ser un turista en esta ciudad, te enteras del encanto de la vida madrileña.

Te pintaré una escena. Es un domingo de julio, a las 11,00. El cielo es zafiro azul, y de hecho, hace tanto que no has visto un nube, que apenas recuerdas cómo parece. La calle fuera de tu ventana está forrada con edificios de los principios del siglo veinte, pintados amarillo, naranja, morado. Cada ventana tiene un balcón, y de estos hiedra y otras plantas se cuelgan, como si fueran sosegadas, y echando una siesta. Mientras tanto, arboles brotan de ambos lados del acero, y sus hojas se forman un dosel verde sobre la carretera. Hay gorriones sinnúmero, soltando de balcones a techos a ramas, y su canto será la banda sonora de tu día. Abajo, las mesas redondas metálicas de las terrazas de los bares brillan como cuerpos celestiales, y la gente gravitán hacía ellos, para tomar su café con leche. Pronto, el murmullo amable de su charla subirá hacía tí, como un soplo caliente del aire. Sobre todo, la luz del sol cae como una bendición.

Suena delicioso, verdad? Sin embargo, yo dudo que se pueda apreciar tal escena como turista; estás demasiado absorto llenando tu fin de semana con palacios. Dado eso, yo diría que Madrid es una ciudad en la que vivir. Es solo cuando llevas un par de meses aquí, y no te queda nada más por ver, que empiezas a vivir Madrid como realmente es: un tesoro, pero no por sus monumentos, sino sus calles, que forman la vida cotidiana de la ciudad.

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I'm going to open this article with a warning: don't visit Madrid. Heavens, why not? Well, because, if you're like me, what you look for when you visit a foreign city is extraordinary architecture, astonishing monuments, treasures the likes of which you've never dreamed or, if all that's lacking, at least local charm. And the thing is that, although Madrid's got it's fair share of monuments, you'll find more and better in other European capitals (or even, don't say it too loud, in Barcelona.) Let's see now, Madrid does have the Palace of Cibeles, the Temple of Debod, the Las Ventas bull-ring; I'll confess that these are all beautiful. But the scale of their conception is, frankly, small. If you've spent a weekend in Berlin, Paris or London, you'll find yourself relatively disappointed with Madrid. (What's more, Madrid is noisier, and far more polluted, than any of these three cities.)

"Gadzooks!" you must be thinking now. "What a way to sell the city you've been living in for almost three years, Pete! The next time I need recommendations for a holiday destination, I won't come to you, I tell you that!" And you'd be right to think that, if it weren't for the clause I'm now going to add: don't visit Madrid, but do live in Madrid. Because the moment you stop being a tourist in this city, you discover the charm of Madrid life.

I'll paint you a scene. It's a Sunday in July, at 11.00. The sky is sapphire blue, and in fact, it's been so long since you saw a cloud, you hardly remember what one looks like. The street outside your window is lined with early-twentieth century buildings, painted yellow, orange, purple. Each window has a balcony, and from these hang ivy and other plants, as though they were drowsy, and taking a siesta. Meanwhile, trees sprout from both sides of the pavement, and their leaves form a green canopy over the road. There are countless sparrows, hopping from balconies to rooftops to branches, and their song will be the soundtrack to your day. Beneath, the metallic round tables of the bars' terraces shine like heavenly bodies, and people gravitate towards them, to have their morning coffee. Soon, their kindly murmur will rise towards you, like a breath of warm air. Over everything, the light of the sun falls like a blessing.

Sounds delicious, right? However, I doubt that you can appreciate this scene as a tourist; you're too absorbed filling your weekend with palaces. Given this, I'd say that Madrid is a city in which to live. It's only when you've been here a couple of months, and there's nothing left for you to see, that you begin to live Madrid as it really is: a treasure, although not for its monuments, but rather its streets, that form the daily life of the city.

12 July 2014

China en la maleta

Anoche vi el primer capítulo de una nueva serie en la canal 2, que se llamaba "China en la maleta." Se trataba de la vida de los chinos en España. Me interesó mucho, porque es un tema muy relevante a la sociedad española hoy en día. En breve, hay muchos chinos en España ahora mismo; si te vas a una tienda de alimentación para comprar pan o leche, hay una probabilidad altísima de que los dueños serán chinos (al menos en Madrid.) Sin embargo, a pesar de la presencia de los chinos aquí, me parece una gente misteriosa.

En particular, es una gente callada y cerrada, especialmente en comparación con los españoles. Sí te vas a una de sus tiendas de alimentación (o sus bares, o sus tiendas de moda, de los cuales hay cada vez más), recibes la impresión de haber entrado en un enclave fuera de la sociedad normal. Te dicen "Hola", pero son menos acogedor que, bueno, cualquier tienda típica española, o incluso en la calle. Además, apenas se ve a los chinos fuera de sus tiendas, y nunca con españoles; si están en la calle, suelen estar llevando suministros, y tendrán un carro lleno de Coca Cola. En breve, están aquí, pero se mantienen bastante aparte, más allá de lo necesario para sus transacciones comerciales.

Dado eso, no puedo sino preguntarme: de qué piensan estos chinos de la sociedad española en la que se encuentran? Cómo son sus vidas fuera de sus tiendas? Ahora que están en España, cuáles son sus ambiciones? Y también, cómo eran sus vidas en China, antes de llegar aquí (porque los inmigrantes chinos son de primera generación, casi sin excepción.) Pues, parece que no soy el único en tener estas preguntas, porque son las que la serie "China en la maleta" intentó resolver anoche.

Lo primero que el programa nos enseñó es que los chinos son personas normales, en el sentido de que quieren vivir bien, y en paz. Tal vez esto debería ser obvio, pero para mí al menos, no lo es; como chinos, son represantantes del país China, una nación enorme, cada vez más poderosa, y tal vez amenazante. Lo que pasa es que el gobierno chino está callado y distante; no sabemos nada de sus pensamientos ni intenciones; y dado que los chinos en España se parecen a su gobierno en este sentido, es fácil ver en ellos una amenaza también.

Sin embargo, el programa nos enseñó que, por la mayor parte, los chinos aquí quieren lo que cualquier inmigrante quiere: una vida mejor, y más oportunidades para ellos mismos y sus hijos. Por desgracia, el programa no entró en mucha detalle de porque los chinos han venido a España (o tal vez los chinos no tengan mucho que decir del tema, o la serie se tratará de esto en los siguientes capitulos.) Sin embargo, los inmigrantes decían muchas veces que la vida en España es más fácil, y más tranquila, que la en China. También mencionaban que no hay que negociar con la mafia en España, y que hay menos burocracia (esto me hizo gracia; dado la cantidad absurda de burocracia que hay en España, no quiero imaginar qué dificil sería abrir una tienda, o apuntarse a la seguridad social, en China.)

En breve, el programa me tranquilizó sobre la presencia de los chinos en España; si su gobierno pretende la dominación mundial, los inmigrantes aquí ni piensan en tales cosas. No nos están vendiendo leche, y a la vez pensando "Nuestro día vendrá, cerdo occidental." O si lo piensan, tienen el sentido común de no decirlo a las cámaras. Entonces, adios a las teorías de conspiración paranoicas.

O casi, al menos. El programa también nos enseñó algo de la vida de los hijos de estos inmigrantes: niños nacidos españoles, pero en gran parte viviendo fuera de la sociedad española, en las comunidades chinas cerradas. A mí estos niños me parecen muy interesantes, porque viven entre dos sociedades bastante distintas. Me pregunto, cómo van a negociar entre sus dos nacionalidades? Habrá en treinta años ministros chinos del gobierno español? Y qué será de las relaciones entre China y España en el futuro, dado la presencia de tantos niños con vinculos a los dos paises?

Pues, el programa nos enseñó que la diáspora china está trabajando para asegurarse de la lealtad de estos niños, a pesar del hecho de que han nacidos españoles. En particular, había una escena en una escuela china en Madrid, en la que los niños estában supuestamente aprendiendo mandarín. Sin embargo, la lección era poco más que una excusa para lavar el cerebro.

Por ejemplo, la profesora (una china nativa) les hacía a los niños preguntas como "Qué tipo de país es China? Un gran país?" y "Qué actitud se toma cuando se levanta la bandera china? Un actitud firme?" Fueron exactamente los tipos de pregunta que te hacen pensar "Joder, los chinos sí quieren conquistar el mundo." Sin embargo, por desgracia el programa no nos enseñó si esta escuela es un ejemplo típico de las escuelas chinas en España, o si hay otras menos jingoísta.

De hecho, el hecho de que las periodistas responsables para "China en la maleta" no les hicieron a los chinos más preguntas profundas me parece el fallo más grande del programa. No sé cómo hicieron el programa, pero creo que su idea era entrar en la vida de los inmigrantes, y simplemente seguirlos y grabarlos en su día a día. Claro, esto es el enfoque más respetuoso. Sin embargo, si una profesora china está enseñando a unos niños algo que es plenamente propaganda, me gustaría que los periodistas le pregunten por qué. Tal vez el programa se profundizará en estos temas luego (espero que sí.)

Además, me gustaría que el programa nos enseñe lo que los chinos piensan sobre su futuro en España. Por ejemplo, cuando llegué a Madrid al principio de 2012, los chinos solo solían tener tiendas de alimentación cutres; ahora, tienen cada vez más tiendas de moda y del hogar, y la calidad de estos establecimientos es claramente más alta. Por qué no les cuesta a los chinos abrir tiendas nuevas y exitosas, cuando España es un país en crisis? También, se ve más chinas embarazadas que españolas en estos días. Por qué los chinos se sienten suficientemente seguros para tener hijos, pero no los nativos?

Bueno, si "China en la maleta" nos responde a estas preguntas o no, me parece un programa muy interesante, y lo seguiré la semana que viene.



Last night I saw the first episode of a new series on channel 2, called "China in the suitcase." It was about the life of the Chinese in Spain. It interested me a lot, because it's a very relevant subject to Spanish society at the moment. In brief, there are many Chinese in Spain right now; if you go to a corner-shop to buy bread or milk, there's a very high chance that the owners will be Chinese (at least in Madrid.) However, in spite of the presence of these Chinese here, they seem to me a mysterious people.

In particular, the Chinese are silent and closed, especially in comparison with the Spaniards. If you go to a Chinese corner-shop (or their bars, or clothes shops, of which there are increasingly more), you get the impression of having entered an enclave apart from normal society. They say "Hello" to you, but they're less welcoming than, say, almost any typical Spanish shop, or even the street. What's more, you hardly see the Chinese outside of their shops, and never with Spaniards; if they're in the street, they'll usually be carrying supplies, and have a trolley full of Coca Cola or something. In brief, they keep themselves pretty well apart, beyond what's needed for their commercial transactions.

Given this, I can't help but ask myself: what do the Chinese think of the Spanish society in which they find themselves? What are their lives like outside of their shops? Now that they're in Spain, what are their ambitions? And what's more, what were their lives like in China, before they arrived here (because the Chinese immigrants are first generation, almost without exception.) Well, it seems I'm not the only one to have these questions, because "China in the suitcase" tried to answer them last night.

The first thing the program taught us is that the Chinese are normal people, in the sense that they want to live well, and in peace. Maybe this should be obvious, but for me at least, it isn't; as Chinese, they're representatives of the country China, a huge, increasingly powerful, and perhaps threatening nation. The thing is that the Chinese government is silent and distant; we don't know anything about its thoughts or intentions; and given that the Chinese in Spain resemble their government in this sense, it's easy to see in them a threat too.

However, the program showed us that, for the most part, the Chinese want what any immigrant wants: a better life, and more opportunities, for themselves and their children. Unfortunately, the program didn't enter into much detail about why the Chinese have come to Spain (maybe the Chinese don't have much to say on the subject, or maybe the program will discuss this in the following episodes.) However, the Chinese immigrants did say that life in Spain is easier, and calmer, than life in China. They also mentioned that you don't have to negotiate with the mafia in Spain, and that there's less bureaucracy (this made me laugh; given the absurd quantity of bureaucracy in Spain, I don't want to imagine how difficult it would be to open a shop, or sign up to social security, in China.)

In brief, the program reassured me about the presence of the Chinese in Spain; if the Chinese government intends world domination, these immigrants don't think about such things. They're not selling us milk, and at the same time thinking "Our day will come, Western pig." Or if they do think that, they've got the common sense not to say it to the cameras. So, goodbye to paranoid conspiracy theories.

Or almost, at least. The program also showed us something of the life of the children of these Chinese immigrants: children born Spanish, but living in large part outside of Spanish society, in the closed Chinese communities. These children interest me a great deal, because they live between two quite different societies. I ask myself, how are they going to negotiate their two nationalities? Will there be Chinese ministers of the Spanish government in thirty years? And what will relations between China and Spain be like in the future, given the presence here of so many children with links to both countries?

Well, the program showed us that the Chinese diaspora is working to assure itself of the loyalty of these children, in spite of the fact that they were born Spanish. In particular, there was a scene in a Chinese school in Madrid, in which the children were supposedly learning Mandarin. However, the lesson was little more than an excuse for brainwashing. 

For example, the teacher (a Chinese native) asked the children questions like "What kind of country is China? A great country?" and "What attitude should you take when the Chinese flag is being raised? A firm attitude?" They were exactly the kinds of question that make you think "Fuck, the Chinese really do what to conquer the world." Unfortunately however, the program didn't show us if this was a typical example of a Chinese school in Spain, or if there are others less jingoistic.

In fact, the fact that the journalists responsible for "China in the suitcase" didn't ask the Chinese more profound questions seems to me the program's biggest letdown. I don't know how they made the program, but I think their idea was to enter in the lives of these immigrants, and simply follow them and record their day-to-day. Of course, this is the most respectful approach. However, if a Chinese teacher is teaching what is clearly propaganda, I'd like for the journalists to ask her why. Maybe the program will explore these subjects more deeply later on (I hope so.)

What's more, I'd also like for the program to tell us what the Chinese think about their future in Spain. For example, when I arrived in Madrid at the beginning of 2012, the Chinese only had dirty corner-shops; now, they increasingly have clothes shops, and furniture shops. Why don't the Chinese find it difficult to open new and successful shops, when Spain is in crisis? In addition, you see far more pregnant Chinese woman than Spanish women these days. Why do the Chinese feel secure enough to have kids, but not the natives?

Well, whether "China in the suitcase" answers these questions or not, it's an interesting program, and I'll watch it next week.

30 May 2014

Joe Wright - Anna Karenina (2012)


Anna Karenina es suntuoso para ver. Sin embargo, lo que pasa es que su estético super-desarollado tiene poco que ver con los propios eventos de la peli. Es decir, el estético de una pelicula debería reflexionar y comentar sobre su historia. Si no, hay una disconexión; vemos la belleza de las escenas, y el cuidado de su construcción, pero nos preguntamos "Para qué tanta belleza, si no informa la vida de los personajes?" Es como pintar un retrato de una mujer trágica, pero en vez de usar colores que reflejan su situación y estado emocional, usar los más opulantes posible. Como observadores, podemos apreciar su riqueza, pero al final el cuadro nos deja vacíos, o incluso torcidos, porque vemos que el pintor ha malentendido su sujeto.

Anna Karenina is sumptuous to look at. However, the thing is that it's super-developed aesthetic has little to do with what actually happens in the film. This is to say, a film's aesthetic should reflect and comment on its events. If it doesn't, there's a disconnection; we see the beauty of the scenes, and the care of their construction, but ask ourselves "Why so much beauty, if it doesn't inform the lives of the characters?" It's like painting a portrait of a tragic woman, but instead of using colours that reflect her situation and emotional state, using the most opulent available. As viewers, we can appreciate their richness, but in the end the portrait leaves us empty, and even twisted, because we see that the painter has misunderstood his subject.

27 April 2014

Domingo, 27 de abril, 17:10


Fuí a la fiesta de una amiga anoche, y había unos ingleses. Fue la primera vez en más que dos años que he hablado con ingleses (aparte de las Navidades, cuando he vuelto a Inglaterra.) Y me ví como alguien aparte de ellos; es decir, no me reconocí en su manera de ser. Eran tan incómodos, inseguros de sí mismos, llenos de ansiedad social. En particular, había un chico indio, guapo y simpatico, de veinticinco años, que no hacía nada sino despreciarse a sí mismo toda la noche (quería darle un abrazo.)

Hace cuatro años yo era así también. Sin embargo, después de terminar mis estudios toqué fondo, y estaba tan lleno de dudas de mí mismo que no podía seguir. Me derrumbé y me he reconstruido en la búsqueda de una alternative manera de ser. (Vamos, ha sido mi tarea principal de los últimos cuatro años, aunque sólo lo veo claramente ahora; al momento, sólo me encontraba totalmente perdido.)

Entonces, dado que hoy estoy bastante seguro de mí mismo, y que llevo dos años en España, ví esta manera de ser inglesa como algo extranjero. Y no podía sino preguntarme, "Qué coño estamos haciendo a nosotros mismos para que seamos así? Qué hay en Inglaterra que le hace a la gente ésto?" España tiene muchos fallos (muchos, muchos), pero al menos los españoles no sean paquetes humanos de neurosis. En general, están cómodos con sí mismos.

Mientras tanto, lo extraño para mí es que ayer veía a los ingleses como extranjeros, pero no soy español. Llevo dos años en España, pero además antes pasé dos años en la companía casi exclusiva de X y sus amigos españoles en Londres. En total, he pasado tanto tiempo en el "mundo español" que en la universidad. Además, estoy íntimamente familiar con la lengua española, aunque no tengo una comprensión perfecta todavía. Y para terminar, ayer me encontraba más a gusto con los españoles que los ingleses.

Sin embargo, no soy español, ni pretendo serlo. Me encuentro "entre dos tierras" (Heroes, woop, woop.) No es un problema, sino un reconocimiento de mi situación. Me pregunto, qué me pasará si o cuando vuelva a Inglaterra? Por qué haría eso, cuando casi nada me espera allí? Podría pasar toda mi vida aquí? Quiero hacer eso? Si vuelvo a Inglaterra, a qué me dedicaría si no el aprendizaje del español? Y estaría feliz en ese país tan lleno de neurosis?

Por coincidencia, mi reconstrucción de mí mismo y mi immersión en el mundo español se han ocurrido a la vez. Hoy, me encuentro más a gusto con mí mismo que, bueno, nunca en mi vida. Dado eso, siento que en breve habrá un hueco en mi vida donde estaba luchando para encontrarme a mí mismo. Qué lo llenará? El español? No sé; de una manera, no es decisión mía, sino la de mi subconsciente. Sin embargo, siento que estoy empezando una nueva etapa, y tengo ganas a ver donde me lleva.

I went to a friend's party last night, and there were Englishmen. It was the first time in two years I've spoken with Englishmen (aside from Christmases, when I've returned to England.) And I saw myself as someone apart from them; this is to say, I didn't recognise myself in their way of being. They were so awkward, insecure, full of social anxiety. In particular, there was an Indian guy, handsome and friendly, who did nothing but talk himself down all night (I wanted to give him a hug.)

Four years ago I was like that too. However, after I finished my studies I hit rock-bottom, and was so full of self-doubts that I couldn't continue. I knocked myself down and I've rebuilt myself in the search for an alternative way of being. (Frankly, this has been my principal task of the last four years, although I only see that now; at the time, I was just totally lost.)

So, given that today I'm pretty sure of myself, and I've lived in Spain for two years, I saw this English way of being as something foreign. And I couldn't but ask myself "What the fuck are we doing to ourselves to make us like this? What is there in England that does this to people?" Spain has many faults (many, many), but at least Spaniards aren't walking packets of neuroses. In general, they're comfortable with themselves.

Meanwhile, the strange thing for me is that yesterday I saw these Englishmen like foreigners, but I'm not Spanish. I've lived in Spain for two years, but before that I also spent two years in the almost exclusive company of X and her Spanish friends. In total, I've spent as much time in the "Spanish world" as at university. What's more, I'm intimately familiar with the Spanish language, even if I don't still don't have a perfect comprehension. And, to finish, yesterday I felt more at ease with the Spaniards than with the Englishmen.

However, I'm not Spanish, and don't pretend to be so. I find myself "between two lands" (Heroes, woop, woop.) It's not a problem, rather a recognition of my situation. I ask myself, what will happen to me if and when I return to England? Why would I do that, when almost nothing is waiting for me there? Could I spend all my life here? Do I want to do that? If I return to England, what would I dedicate myself to if not learning Spanish? And would I be happy in a country so full of neuroses?

By coincidence, my self-reconstruction and my immersion in the Spanish world have happened together. Today, I feel more at ease with myself than, well, never before in my life. Given this, I feel that soon there'll be a hollow in my life where I was fighting to find myself. What will fill it? Spanish? I don't know; in some way, it's not my decision, rather that of my subconscious. However, I feel that I'm starting a new stage, and I look forward to seeing where it takes me.

08 April 2014

Martes 8 de abril, 12:45

Sé que una vida humana dura aldredor de ochenta años; sé que me queda muchísimo por vivir; y sé que la vida puede ser rica y dulce (vamos, en este momento estoy a gusto, con los gorriones chirriando fuera de mi ventana, y la luz del sol calentando la nuca de mi cuello.) Sin embargo, joder, hay momentos en los que no puedo evitar sino pensar "Qué coño estoy haciendo aquí, todavía en esta existencia? Para qué sirvo? Veintisiete años no es una vida suficientemente larga?" Extraño que la vida puede ser un peso.

I know that a human life lasts around eighty years; I know that I still have lots to live for; and I know that life can be rich and sweet (I mean, I'm content right now, with the sparrows chirping outside my window, and the sunlight heating the nape of my neck.) That said, fuck, there are moments when I can't avoid thinking "What the fuck am I still doing here, in this existence? What purpose do I serve? Twenty-seven years isn't a long-enough life?" Strange that life can be a weight.